Michelin invitó a la prensa especializada a probar las
aptitudes de dos de sus mejores neumáticos de invierno: el Michelin Pilot Alpin
y el Latitude Alpin. El primero está destinado a turismos Premium, mientras que
el segundo se dirige a SUVs de gran potencia.
Michelin organizó una jornada de pruebas que duró toda una
mañana y que consistió en rodar por la pista de hielo del circuito deGrandValira (Andorra), el mismo que sirve para celebrar una de las pruebas del
Trofeo Andros y uno de los pocos circuitos de hielo que puedes encontrar en
España.
El test, que tuvo un esquema parecido al de un curso de
conducción, sirvió para contestar algunas preguntas que todos nos hemos hecho
alguna vez: ¿Estos neumáticos van bien sobre hielo? ¿Realmente pueden sustituir
a las cadenas? ¿Dónde está su límite de adherencia? Pues la respuesta es que los
neumáticos de invierno, al menos los Michelin que probamos, ofrecen una
motricidad sorprendente, hasta el punto de permitirnos prescindir de las engorrosas
cadenas, sobre todo si los montamos en un coche con tracción integral, como fue
el caso que nos ocupa. Y es que testeé estos neumáticos en unos magníficos
Mercedes-Benz Serie C, GLK y ML con tracción integral 4Matic.
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La pista era puro hielo, eso sí, muy seco y con algo de adherencia. |
Montados en estos coches, con reparto de par motriz
automático entre ejes, tanto el Michelin Pilot Alpin como el Latitude Alpin me
permitieron avanzar sobre la pista de puro hielo del circuito de GrandValira
con mayor eficacia de la que me esperaba.
La técnica
Junto con los monitores del circuito de GrandValira pude
dar un repaso a la técnica básica de conducción sobre hielo. Como es lógico, con
la calzada helada es obligado circular con mucho tacto, sin brusquedades en el
gas, ni en el freno ni en la dirección. Siempre tienes que ser consciente de que el punto de pérdida de adherencia de estos neumáticos está muy cercano. Y en el caso de que lo alcances, debes saber reaccionar con celeridad para controlar el coche. Es puro sentido común.
Es importante trazar las curvas con el
mayor ángulo posible, sin cerrar en exceso la dirección y buscando el vértice de
la curva en el último momento. De lo contrario, si atacamos el vértice como si
lo hiciéramos sobre asfalto seco, el subviraje está asegurado.Es cierto que en carretera abierta tienes unos límites para abrir
la trazada, pero en cualquier caso, hay que ser consciente de que hay que
abrirla en lo posible para evitar un deslizamiento indeseado. Con estas premisas básicas, puedes circular por calzada helada con un buen margen de seguridad.
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Circular sobre hielo requiere anticipación ante las reacciones del coche |
Sobre hielo, la técnica de conducción básica también consiste
en anticiparse a las reacciones del coche, para corregir la trayectoria lo
antes posible. En el test de Michelin pude practicar conduciendo un Mercedes-Benz
CLK con tracción 4Matic y neumáticos Michelin Latitude Alpin específicos para
SUV.
Afronté la típica prueba de slálom entre conos, efectuando el
contravolante en el momento en el que intuía que los neumáticos llegaban al
límite de adherencia y el coche empezaba a deslizar. Este contravolante hay que
hacerlo antes de lo que esperas, ya que sobre hielo su efecto parece llegar con
algo de retardo. La prueba también dejó
claro que si no alcanzamos el límite de adherencia del los neumáticos y hacemos
con mucha suavidad los giros podemos avanzar sin problemas y con un buen margen
de seguridad.
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Con tracción integral y neumáticos de invierno el arranque está asegurado. |
Otra de las pruebas consistió en comprobar el arranque en pendiente, primero con un neumático convencional y después con un neumático de invierno. El resultado es claro: con el neumático estándar el avance puede llegar a ser nulo, como ocurrió en mi caso, y sólo con mucho tacto en el acelerador puedes recuperar la motricidad. Con un neumático invernal la motricidad es muy superior, el arranque es prácticamente seguro y permite mucho margen de error en la conducción. Esta motricidad es claramente superior tanto en subida como en bajada, en la que con un neumático de invierno podemos frenar y sujetar el coche con mayor seguridad.
Finalmente, realizamos una prueba de frenada en la que aceleramos el coche
desde parado hasta una velocidad en torno a los 60 km/h para después pasar a
detenerlo de inmediato evitando superar una barrera de conos.
En esta prueba
pude comprobar cómo las dificultades para frenar en calzadas heladas crecen
exponencialmente a medida que subimos la velocidad. Cinco kilómetros por hora arriba o abajo se traducen en una distancia de
frenado considerablemente inferior o superior. De ahí que sea importante
anticiparse a las reacciones del coche, saber frenar a tiempo y sobre todo, no
sobreestimar las posibilidades que ofrecen este tipo de neumáticos en
superficies heladas.Los neumáticos de invierno son mucho más seguros que los
neumáticos convencionales, pero tampoco hacen milagros. Y menos cuando se trata
de frenar un coche de dos toneladas como un Mercedes Clase M a más de 60 km/h.
Por lo tanto, una vez más, hay que anticiparse a lo que pueda ocurrir y saber que
a mayor velocidad, las dificultades se multiplican.
Por debajo de 7 grados positivos
Como todos los neumáticos de invierno, el Michelin Pilot Alpin y el Latitude
Alpin demuestran sus mejores aptitudes por debajo de 7ºC. Esa temperatura marca
una frontera. Por debajo de 7ºC, un neumático convencional pierde rápidamente sus
aptitudes. Su goma se endurece, pierde flexibilidad y por lo tanto, adherencia
sobre la calzada.
Esto es importante, ya
que demuestra que los neumáticos de invierno no sólo son útiles cuando hay
nieve o hielo, sino que siempre que circulemos por debajo de 7ºC nos dan un
mayor nivel de seguridad. Su especial compuesto de goma, más blando y flexible,
mantiene sus propiedades ante las bajas temperaturas y proporciona más
motricidad. La escultura de su banda de rodadura, más recortada y profunda,
permite una mejor evacuación del agua. Y las laminillas que incorporan en sus
tacos son las que permiten mantener la adherencia en las superficies
deslizantes.
Según Michelin, un neumático de invierno como el Michelin
Pilot Alpin es capaz de frenar tres metros antes en suelo mojado y cuatro
metros antes en suelo nevado con respecto a un neumático estándar. Por lo
tanto, si eres de los que vive en alguna de las zonas de la península en las
que la temperatura baja en invierno de forma constante por debajo de 7ºC,
montar un juego de neumáticos de invierno es una excelente decisión.
El único inconveniente es el precio. No son neumáticos
baratos, debido a la avanzada tecnología que incorporan. Por otro lado, obligan
a que acudas al taller una vez al año para efectuar el cambio, y éste tiene que
ofrecerte un servicio de “guardería” de los neumáticos que no estás utilizando.
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Michelin Pilot Alpin |
Laminillas, aristas y mucho más
El Michelin Pilot Alpin y el Latitude Alpin comparten
tecnología. Algunos de los conceptos que barajan en Michelin cuando se habla de
neumáticos de invierno son:
Maxi Edge. Hace referencia a la banda de
rodadura específica de estos neumáticos, con un gran número de tacos y aristas
en diferentes ángulos que se encargan de intensificar el
engranaje o efecto cadena en la nieve y
garantizar la mejor tracción.
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Stabiligrip (diseño tridimensional de las
laminillas, dispuestas en ángulos variables para asegurar la rigidez de los
tacos y dar precisión a la conducción).
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Michelin Latitude Alpin |
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Heliocompound 3G: nombre que recibe el compuesto
de goma que conserva su elasticidad incluso a bajas temperaturas, gracias a su
formulación a base de sílice con aceite de girasol.
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Dos bandas de rodadura diferentes en el Pilot
Alpin : una banda de rodadura con escultura asimétrica para la mayoría de
deportivos del mercado, y una banda de rodadura con escultura direccional,
exclusiva para modelos Porsche.
Tanto el Michelin Latitude
Alpin como el Pilot Alpin
incorporan un mayor número de aristas y de laminillas (+ 135%) en comparación
con sus modelos predecesores. De esta manera, la tracción y las prestaciones de
frenado son superiores, según afirma la marca francesa. Estas laminillas se han
dispuesto de forma que combinan diferentes ángulos, que van desde 0º hasta
150º. De esta manera, se gana en eficacia, tanto en línea recta como en curva.
El Michelin Latitud Alpin tiene un 40% más de aristas y un
75% más de laminillas en relación al modelo anterior. Si observamos su banda de
rodadura, veremos que tiene un nervio central continuo, que se encarga de
garantizar un fácil giro y guiado del coche. De él parten varios puentes
transversales, que también son encargados de dar precisión a la conducción.
Como es lógico, su estructura está convenientemente reforzada para soportar
golpes en los flancos y las cargas que pueden derivarse del uso de un SUV de
altas prestaciones.
¿Valen la pena?
Los responsables de Michelin comentaron que un juego de
neumáticos de invierno actúa como una póliza de seguros. Es decir, incrementan
nuestro nivel de seguridad en carretera, y como mínimo, pueden evitar en buena
medida un golpe contra un talud, el margen de la carretera o la colisión con
otro vehículo, mucho más fácil de producirse con un neumático estándar
circulando a bajas temperaturas.
Por lo tanto, ¿Vale la pena montar neumáticos
de invierno? Yo creo que sí, siempre que tengas presupuesto para hacerlo y
realmente le vayas a dar un uso circulando por áreas con duras condiciones
invernales. Si en tu caso se dan estas dos premisas, no te lo pienses.